Cuando se abrió el testamento de Gloria, su amigo cantautor Ismael se llevó un buen susto, al conocer que la poeta le había legado todos sus objetos personales, más de cien, desde fotografías, ya amarillas, a su carné de identidad, vestidos, corbatas, etc. En imagen, un autorretrato de Gloria Fuertes, que hacía sus pinitos de dibujante, sobre todo en su primera etapa de creadora de cuentos infantiles.
En estas fechas de décimo aniversario, dedicaremos varios post a saborear su poesía religiosa. La poeta madrileña era mujer de honda fe, que expresaba sin rubor en sus versos. Una anécdota. Así refería Ismael un descubrimiento casual al inventariar la herencia de su amiga:
"Al recopilar sus objetos me ha sorprendido su particular religión. En las patas de una mesa había escrito: "Querido Dios, te pido amor, salud y que no me dejes nunca. Glorita".
En una agenda la escritora anotó: en caso de accidente, "avisar a Dios".
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"Al recopilar sus objetos me ha sorprendido su particular religión. En las patas de una mesa había escrito: "Querido Dios, te pido amor, salud y que no me dejes nunca. Glorita".
En una agenda la escritora anotó: en caso de accidente, "avisar a Dios".
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