sábado, 13 de mayo de 2017

La Margarita.Leyenda

La Margarita


Sólo dura una veintena de días en Nazaret, pero durante esas privilegiadas horas de la Primavera, todas las flores del campo compiten para llamar la atención.

Era sábado. Salieron al campo sólo a dos tiros de piedra, con la comida ya hecha. María había recogido las pocas sobras, y se entretuvo en arrancar una margarita.

¿Sabes cómo se llama?

Mar-ga-ri-ta. La hizo girar entre los dedos haciendo un molinete, y rozó con ella la punta de la nariz de Jesús, que empezó a dudar entre la sonrisa y el estornudo.

Resultado de imagen de La MargaritaEsta flor la inventó Dios para saber si me quiere mi Niño. Y empezó a desgranar los pétalos llamativamente blancos, arrancados del corazón de oro de la flor.

¿Me quieres?... ¿No me quieres?... ¿Me quieres?.../¿No me quieres?... Cuando la pregunta era positiva, María abría sus ojos negros, grandes, buscando la respuesta. Cuando la pregunta era negativa, fruncía el ceño y apretaba los labios con gesto de tristeza. Jesús iba imitando los mismos ademanes. A medida que quedaban menos pétalos, el gesto se hacia más ilusionante o trágico. El Niño iba recogiendo en su mano derecha regordeta los pétalos del sí, y en la izquierda los del no, con la sorpresa del equilibrio. —¿Me quieres?... ¿No me quieres?... ¡Me quieres! Y al depositar el último mensaje, María abrazó a Jesús. —¡Mi Niño, me quiere!

Ahora yo. Jesús arrancó la margarita más grande que descubrió y empezó con la misma mímica y entonación: —¿Me quieres?... ¿No me quieres?... La sorpresa fue aún más grata al ver que sólo quedaban cinco, y que también el final iba a ser feliz. —¡Me quieres!

Ahora te voy a contar el secreto. «Cuando Dios inventó la margarita la hizo con pétalos impares, para que el juego terminara siempre como comenzó. Si empiezas con un SÍ, terminas con un SÍ. Si empiezas con un NO... hay que hacer trampa para que aparezca un SÍ.»

¿A que te quiero mucho, Mamá?


Síííí... 

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