Cuando Noé soltó una paloma, ésta regresó hasta su arca o navío con un ramo de olivo en el pico, dando a entender que el olivo fue la única especie vegetal que no sucumbió al diluvio. Quizás así, el olivo se convirtió para los antiguos cristianos en representación de la paz, como hoy sucede con la figura de una paloma con un ramo de olivo en su pico, imagen reconocida universalmente como representación de la paz tras las grandes guerras sufridas a lo largo del siglo XX.
La mitología griega también recoge el olivo en sus textos.
De hecho, cuenta que, en una ocasión, una colonia griega era pretendida a la vez por Poseidón y por Palas Atenea.
Para intentar dilucidar la cuestión, los dioses del Olimpo solicitaron a ambos competidores la donación de un
presente a los ciudadanos de la colonia. Así, Poseidón, con un poderoso golpe de tridente,consiguió que surgiera del suelo un
caballo, ejemplo de vigor, con el que conseguirían ejércitos invencibles.
Por su parte, Palas Atenea hizo brotar un olivo de donde se obtendría el aceite, alimento de los hombres, fuente de luz, símbolo de la abundancia, remedio para las heridas y óleo de unción.
Ante tales donaciones, los dioses del Olimpo dictaron sentencia a favor de Palas Atenea, diosa de la sabiduría, en cuyo honor se fundó la ciudad de Atenas.
Los vencedores en los juegos olímpicos griegos eran coronados con ramas trenzadas de olivo; originalmente, la rama no provenía de cualquier olivo sino justamente del árbol sagrado de la Acrópolis, cuya historia está ligada a los orígenes de la cultura griega. Sin embargo, no siempre fue así: desde la primera Olimpiada a la séptima se utilizaron coronas trenzadas de manzano hasta que Pausanias consultó al oráculo de Delfos, quien le indicó que abandonara el manzano y en su lugar utilizara las ramas de un árbol que crecía en los alrededores y que estaba cubierto de telarañas. Pausanias encontró ese árbol; se trataba de un acebuche (olivo silvestre).
El aspecto solemne y noble del aceitunero representaba las categorías que los
hombres esperaban de la vida tranquila. Son innumerables las citas referentes
al olivo como árbol de la paz: Virgilio en la Eneida refiere cómo Eneas cuando
llega a la región del río Tiber es preguntado por Palante, hijo del rey Evandro, si
sus intenciones son pacíficas o viene a hacer la guerra. Eneas responde con una rama de olivo que le muestra desde la popa de su barco. Orestes hace lo propio al dirigirse a Apolo como suplicante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario