El gusanillo de la conciencia
-Ayer, mamita,
sin que me vieran,
cogí un rosquillo
de la despensa,
y en el instante
mi mano tiembla:
¿quién de este susto
la causa era?
-El gusanillo
de la conciencia.
-A Mariquita,
la confitera,
quité un pañuelo
de su muñeca.
Nadie lo sabe,
nadie, ni ella,
¿quién me lo acusa
quién me da pena?
-El gusanillo
de la conciencia.
-Mamita, ¿cómo
lo echaré fuera,
que no me bulla,
que no me muerda?
- ¿Cómo, hija mía?
si tú eres buena
se irá el gusano
de tu conciencia.
GABRIEL FERNÁNDEZ.
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